lunes, 29 de marzo de 2010

un tiparraco se limpia los mocos con la mano. Una y otra vez. Yo, sin querer (lo juro), mientras estaba duchándome el otro día metí la mano, directamente, en la mierda. Algo repugnante. Indeseable. Otros mean o, peor, gotean fuera de la tapa del water sin estar aún de la próstata. La mocarrera aparece bajo la mesa y en el sofá, en los pliegues. El papel higiénico va a toda marcha. El escupitajo deja su rastro en el lavabo. Los pijamas están rotos por la culera. Todo parecido con la realidad es mera coincidencia.

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