sábado, 27 de marzo de 2010

I-IV-V-I (2)

Hay mucha tela que cortar con Pennie Smith. Capturó uno de los momentos más destacados del imaginario punk: Paul Simonon golpeando su bajo en una actuación de los The Clash en el Palladium. El blanco y negro retrata, refleja y expande algo más que el sentimiento de rabia adolescente. Si podemos simplificarlo así. La instantánea actualiza el imaginario contestatario, explorando las fricciones del azar propias de una captura en vivo. Emulando, de paso, la suciedad deseada por los postulados rítmicos de la banda londinense. Utilizada como carátula, este testimonio gráfico de la Smith hizo potente la grandilocuencia y los pasos en falso de la chapa rocanrolera que nos manda a todos al carajo. No se ve amateur, tampoco se percibe fina. Es como es. Podría señalar el jugueteo irónico entre la tipografía del álbum diseñada por Ray Lowry en homenaje al debut discográfico de Elvis. Pero eso, broders, es otra historia.

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