lunes, 29 de marzo de 2010

Avatares

Ahora resulta que James Cameron, superado como director por su ex mujer en la tierra hostil de la ceremonia de los ‘Oscar’, seguirá exprimiendo ‘Avatar’ durante el próximo verano con un nuevo montaje de la película más taquillera de la historia. Cuando sólo han pasado tres meses desde el estreno, los productores se frotan manitas y patitas con la feliz idea de aprovechar las escenas suprimidas y ofrecer al público otro espectáculo de masas. En 2012, además, Cameron lanzará en versión 3D su exitosa ‘Titanic’, con el pretexto del centenario del hundimiento del barco.
Hay espectadores que han visto ‘Avatar’ más de cinco veces y están encantados con los faraónicos proyectos de Cameron. De hecho, una de los foros oficiales de la película está dedicado a (cito textualmente) «superar la depresión por el hecho de que el sueño de Pandora es intangible», La entrada tiene miles de comentarios de personas deprimidas y angustiadas, Los psicólogos, entre otras terapias, les recomiendan aprender Na’vy, ese idioma de Pandora con reminiscencias maoríes creado por el lingüista Paul Frommer.

Me temo que Cameron es capaz de aliarse con Damian Hirst para explotar la cultura
del espectáculo hasta límites insospechados. En el libro ‘El tiburón de 12 millones de dólares’ de Don Thompson se analizan, entre otras cosas, las estrategias de marketing y los precios del famoso ‘artista’ británico, gran experto en formol. Se detallan complejas operaciones como la que, hace año y medio, llevó a Hirst a embolsarse 140 millones de euros subastando sus obras mientras Lehman Brothers y la economía mundial se desplomaban.
Decir que el sistema del arte ha caído en las garras del mercado es un tópico. Pero es tristemente cierto. Si a Cameron se le ocurre rodar, por ejemplo, una película sobre la biografía y los milagros de Hirst, la cultura vivirá otros avatares que hoy nos provocan urticaria. Tiempo al tiempo.

«El valor tiende a seguir al precio» (Don Johnson)

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